Comunicar y, además, hacerlo en público, supone un ejercicio de autocontrol y confianza total. No solo se debe creer en el discurso, producto, o conocimiento que estamos compartiendo con la audiencia, también tenemos que cuidar cómo nos mostramos ante ella. En anteriores ocasiones, hemos hablado de la importancia del personal branding, o la necesidad de vencer el miedo. Ahora, trataremos un aspecto que posibilita que estos factores se activen: la presencia de un yo fuerte.
Comunicar desde dentro
Todo tema, decisión o proyecto que se trate ante un público necesita un rigor y un análisis previo para ser comunicado con éxito. El orador no precisa ser un experto en el tema que aborda, pero sí entender por qué ese producto, cambio, discurso necesita ser compartido. Para ello, debemos hacer un ejercicio de introspección, absorber lo que el mundo nos comunica sobre un tema. Una vez tengamos seguridad en lo que vamos a compartir con la audiencia, empezaremos a trabajar en la confianza en nosotros mismos. Para entendernos como un yo fuerte, necesitamos comprender quién es ese YO. ¿Cómo conseguir ese estado de firmeza? ¿Cómo priorizar la información que poseo? ¿Cómo recibirá mi mensaje la audiencia? ¿Cómo puedo aportar al discurso? Mercedes Pescador nos da algunas de las claves que comparte con sus alumnos de los Talleres Sin Vergüenza.
Quién soy, qué hago, a quién sirvo y qué he creado
Estas son las cuatro cuestiones que Mercedes Pescador, CEO de Medialuna, plantea en el tercer capítulo de su libro “Sin Vergüenza: El método para impactar comunicando basado en experiencias de una vida”. La respuesta que nos demos a ese “¿Quién soy?” será la que marque el camino. Las demás preguntas se pueden extrapolar a cualquier ámbito de la vida. Pero en el de la comunicación podríamos plantearnos: ¿qué aporto? ¿quién me escucha? ¿qué tengo que comunicar?
Contestando a la primera, descubriremos nuestras virtudes y lo que nos hace diferenciarnos de los demás. También aprenderemos qué situaciones nos son más complicadas, lo que nos servirá para mejorar y para ver esas virtudes en nuestro equipo. Si hemos analizado el tema, evento, presentación en el que vamos a participar, tendremos una idea clara de qué tipo de audiencia vamos a enfrentar. Se puede tratar un mismo tema desde diferentes perspectivas, pero en la comunicación tenemos espacios. Una presentación sobre Inteligencia Artificial, por ejemplo, puede impartirse delante de un grupo de estudiantes o en una reunión con stakeholders, entre otras situaciones. Por eso tenemos que saber a quién nos dirigimos y con qué objetivo vamos a tratar ese tema con este público específico. Después estaremos listos para abordar la siguiente cuestión: ¿qué tengo que comunicar?
Yo fuerte, mensaje fuerte
Como hemos visto, para reforzar la imagen que tenemos de nosotros mismos, primero debemos entendernos como parte de un todo. Entender aquello que vamos a comunicar favorece la seguridad con la que nos va a percibir la audiencia. Esa fuerza y conocimiento nos llevará a entender qué puntos de nuestro discurso resaltar frente a diferentes espacios, situaciones y audiencias. Descubre más claves para ser un gran comunicador de la mano de Mercedes Pescador en los Talleres Sin Vergüenza y con el libro “Sin Vergüenza: El método para impactar comunicando basado en experiencias de una vida”.