Medialuna Editorial

¿Socialwashing o RSC?: la importancia de hacer antes de hablar

Muchos Dircoms de grandes empresas resaltan la importancia que su trabajo ha ido adquiriendo con el paso de los años. En una sociedad hiperconectada, comunicar los logros, compartir el conocimiento y superar las crisis tienen relación directa con el porvenir de la empresa. La comunicación corporativa no es solo la relación y la gestión de medios, también es manejar y construir la reputación y la percepción, tanto externa como interna, de una organización.

En este sentido, comunicar las acciones de RSC (que no de socialwashing), se ha convertido en uno de los principales ejes sobre los que empezar a construir una estrategia de reputación, solventar una crisis o incluso, atraer nuevos inversores. Muchos grupos, como el Fondo de pensiones de Noruega, exigen a las empresas unos requisitos éticos y medioambientales para empezar o mantener relaciones con una organización. La Responsabilidad Social Corporativa está empezando a adherirse a los departamentos de comunicación de una manera progresiva, que evidencia la importancia que tienen en el desarrollo de la actividad económica de la organización.

Sociedad comprometida, sociedad que observa

La sociedad he empezado a discernir entre RSC y socialwashing, greenwashing, y demás acciones cuyo propósito no sea otro que la promoción de una imagen y valores que, de facto, no son tan claros. De nada sirve promocionar el deporte femenino y que esa organización no tenga casi mujeres en su consejo de administración. En 2018, iniciativas como #DóndeEstánEllas de la Oficina del Parlamento Europeo en España, son un claro ejemplo de RSC frente a otras campañas y acciones que buscan aprovecharse de un discurso y no asimilarlo. Con esta campaña, la Oficina del Parlamento Europeo en España, no solo apoya y visibiliza la inclusión de mujeres en puestos de responsabilidad, sino que hace un ejercicio de introspección para ver qué puede hacer dentro de su organización. Por ejemplo, evitar paneles de expertos completamente masculinos (“all-male panels”) asegurando siempre que sea posible la participación de mujeres expertas.

Esta acción no se quedó en algo momentáneo; en 2022 la Oficina informó que se mantenía la paridad en las intervenciones en los eventos realizados por la Oficina. Desde Medialuna hemos podido colaborar a ese cambio, comprobando que no era una acción repentina ni un caso más de socialwashing, sino el inicio de un proceso de cambio. Ese compromiso es reconocible desde el inicio de cualquier campaña de RSC, tanto, que Medialuna entregó en 2019 uno de los premios OCARE a la creatividad en la comunicación de campañas de RSC.

Ocare-Medialuna, una visión de futuro

La visión de Medialuna en la entrega de estos galardones no se reduce al presente, tiene la capacidad de intuir el compromiso de las organizaciones con las causas a las que se adscriben. Ocare-Medialuna tiene muy en cuenta los resultados y los cambios en la organización o el modelo de negocio para lograr esos retos sin perder la visión económica y empresarial de estas acciones. En la edición del año pasado, se premió la campaña “Accesible” de Telefónica, en la que, además de informar sobre las nuevos avances que permitirían a sus clientes con discapacidad disfrutar mejor de sus servicios, comunicaba el uso de la tecnología para hacer más accesible la labor profesional de sus trabajadores con discapacidad.

El observatorio de Medialuna, Ocare, lleva ocho años analizando, congregando y potenciando los valores necesarios para este cambio tan importante en la sociedad, en la que las organizaciones tiene un papel crucial para volver a unir a un mundo tan fragmentado. Próximamente iremos comentando las campañas que han ido llegando al observatorio, para seguir afianzando nuestra labor y compartir el conocimiento que las organizaciones han depositado en nuestras manos.  SEGUIMOS!!!