Medialuna Editorial

Comunicación política más allá de las ideologías

En una sociedad tan fracturada como la nuestra, la diversidad de discursos políticos se centra más en ahondar entre las diferencias ideológicas que en establecer puntos en común. Muchas de las características que nos hacen percibir a un político como una persona capaz tienen en la comunicación política y, en especial, la directa al público, uno de sus pilares fundamentales para lograr esa imagen de liderazgo, seguridad y compromiso que definen a lo que entendemos por un “buen político”.

La barrera comunicativa pesa más que la ideológica

El cambio personal, la madurez en las ideas, los giros contextuales, son factores que nos pueden llevar a cambiar de partido político, incluso a uno de ideología opuesta. No vamos a juzgar este cambio, vamos a entenderlo y a comprobar que lo que propicia este viraje es la comunicación. Si el líder del partido al que votas no tiene el carisma, liderazgo o seguridad necesaria, probablemente desconfiemos de él o ella para darles nuestro voto. No comunicar es una acción imposible; no hacer, es hacer. La denominada comunicación negativa puede tener consecuencias catastróficas para cualquier político, todo gesto suma o resta, pero nunca pasa indiferente.

Si el otro partido que se aproxima a nuestro propio cambio tiene en un sus filas un líder fuerte, que se expresa con claridad y en el que es percibidle la creencia en sus palabras, el cambio es más sencillo y natural. Con una comunicación política eficaz se logra llegar a todo tipo de votante, de izquierdas, derechas, mujer, hombre, jóvenes y ancianos; saber decir es poder hacer.

En la comunicación política no hay vergüenza, hay convicción

Si recordamos los puntos sobre los que Mercedes Pescador, Ceo y fundadora de Medialuna,  constituye su método “Sin Vergüenza”, podemos observar que son cualidades perceptibles en un buen político. Para dar nuestro voto a una persona que no conocemos, tenemos que percibir la presencia de un yo fuerte y bien construido. Nuestro inconsciente no quiere tener un líder que no tenga miedos, quiere ver una persona que los afronte, segura de sus pasos, sus gestos, sus palabras. Esa fuerza la da la vida, nuestros logros y superaciones personales. Todo esto se ve reflejado en un buen comunicador. Aunque no conozcamos su historia, una persona que comunica bien, sabe apoyarse en su fuerza vital cuando se dispone a enfrentarse con su público. Ante ellos, y gracias al conocimiento de sus espectadores y de sí mismo, construye su lugar en el mundo.

Esta síntesis de conceptos intenta resumir lo que Medialuna lleva años inculcando a directivos, políticos y profesionales técnicos en sus Talleres Sin Vergüenza. Un político, directivo o profesional será juzgado y evaluado por sus acciones, y ya lo hemos dicho antes: saber decir es poder hacer.